Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse;
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,
tendremos que vivir una noche sin fin.
Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.
Con este poema de Catulo os quiero dar mi enhorabuena por tan buena iniciativa. Seguro que con ella aprenderéis mucho, y lo más importante, disfrutaréis con la literatura.
ResponderEliminarHe elegido el poema de los besos porque siempre me gustó el ritmo de este epigrama. Además plantea un probema aritmético muy difícil de resolver- aunque seguro que Rafa acierta el total de besos.
También están presentes los temas de la vida, el amor y la muerte. Este Catulo, se enamora apasionadamente de Lesbia, y pasa por las conocidas fases de felicidad y de dudas. Al final, como tantas veces pasa, rompe con ella y se despide de una forma memorable:
..."Que viva y lo pase bien...
y que no busque, como antes, mi amor,
que por su culpa ha muerto, como una flor
al borde de un prado, cuando el arado la
troncha al pasar"
Bueno, yo también me despido , hasta la próxima y con un BESO, uno sólo, pero lleno de todo mi cariño para todos vosotros y para vuestra profesora Pureza.
Rosario, el poema es un canto al amor y a la vida;gozar de lo que se tiene , en el momento justo que se tiene sin pensar en nadie.Es el tópico del "carpe diem" vivito y colendo .Tantos siglos después todavía no nos hemos enterado de lo "efímero " que es todo y de la velocidad que tiene el tiempo, siempre en nuestra contra. Gracias por ser una de nuestras seguidoras.Esto nos anima y nos conmueve.
ResponderEliminarGracias again, Pureza
Me imagino que serán 4300 besos sumando todos aunque igual hay trampa, yo no me fiaría de alguien que se llama Catulo.
ResponderEliminarEn cuanto al poema y su final en el comentario publicado por Rosario, sobre amantes desdeñados que después no quieren ya saber nada de aquel o aquella que los desdeñó, me recuerda, y no sé si el malogrado Enrique Urquijo leyó alguna vez a Catulo, aquella canción de Los Secretos:
Déjame, ya no tiene sentido,
es mejor que sigas tu camino,
que yo el mío seguiré,
por eso ahora déjame.
No hay nada que ahora ya, puedas hacer
porque a tu lado yo,
no volveré, no volveré.
Déjame, ya no tiene sentido,
es mejor que sigas tu camino,
que yo el mío seguiré,
por eso ahora déjame,,
Tuviste una oportunidad
y la dejaste escapar...